Cedrón, Aníbal
(Puerto San Julián, Santa Cruz, 1948 – Buenos Aires, 2017)
Transcurrió sus primeros años en la Patagonia argentina. Allí, su padre, César Cedrón, maestro rural y aficionado a la geología, vinculado al Partido Comunista, impulsó la creación de la Minera Aluminé. En 1952 se trasladó junto a su familia a la ciudad de Buenos Aires. Estudió en el Colegio Nacional, del que egresó en 1966. Cursó en la Facultad de Arquitectura y en la de Filosofía y Letras (Historia del Arte), de la Universidad de Buenos Aires, entre 1967 y 1973. Por entonces (e incluso, desde la escuela secundaria), sostuvo una activa militancia que lo llevó a ocupar el cargo de secretario general de la FUBA (1970-1972). Esta misma actividad, en el contexto represivo de aquellos años, provocó la interrupción de sus estudios universitarios.
Paralelamente, su formación como artista tuvo lugar en la Asociación Estímulo de Bellas Artes (1967-1973), luego ampliada en el taller de Raúl Lara (1967-1968). Desde sus primeros trabajos algunas opciones resultan claras: la inclinación por una figuración de matriz expresionista, la predilección por el blanco y el negro (aunque sin excluir, algunas exploraciones con el color), la aplicación del collage como estrategia compositiva, la recreación de imágenes propias asistida por el uso de diversas técnicas de reproducción, son algunas de las más persistentes. Se interesó también en varias ocasiones por la pintura mural, de la que constituyen un buen ejemplo los trabajos que realizó en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Buenos Aires y en el Centro Cultural de la Cooperación. A estas características (que atraviesan buena parte de su producción) debe sumarse la íntima conexión con sus definiciones políticas que condicionan, en buena medida, los temas de sus representaciones, siempre atentas a los conflictos sociales. Puede entenderse así su interés por artistas argentinos como Berni, Spilimbergo, Alonso, Castagnino, o los latinoamericanos Orozco y Portinari. Comenzó a exponer sus obras en presentaciones individuales y colectivas hacia 1970, aunque su actividad se intensificó a partir de 1990. Entre sus exhibiciones vale destacar «La presencia de lo ausente» (Auditorio de Mar del Plata / Centro de Exposiciones de la Universidad del Nordeste, Resistencia, 1997 y Centro Cultural Recoleta, 1999), «La nación inconclusa» (Centro Cultural Recoleta, 2004), «El no lugar» (Centro Cultural Borges, 2007, dentro del ciclo «La línea piensa»), «Argentina, volver a vivir» (Museo de Bellas Artes Benito Quinquela Martín, 2011), «Surversión» (Museo Sívori, 2013). Obtuvo mención de honor, sección Dibujo, en el Salón Manuel Belgrano (2014).
Simultáneamente, desempeñó una intensa labor como ilustrador, escritor y editor en diversas publicaciones y proyectos culturales. Fue ilustrador en el suplemento «Cultura y Nación» del diario Clarín (1993-1995), en ediciones especiales de la revista La Maga (1995-1996) y en la revista Encrucijadas de la Universidad Nacional de Buenos Aires (2002). En el año 2005 coordinó y curó la edición de lujo de El Quijote de la Mancha, que incluyó dibujos suyos y de Carlos Alonso, Guillermo Roux, Daniel Santoro, Mildred Burton, Jorge Alvaro, Alicia Carleti, Norberto Onofrio, Armando Sapia, Raúl Ponce, Diana Dowek, Luis Scafatti y Silvina Benguria. En el 2010, participó con otros artistas en la ilustración del libro Derecho a la memoria, sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos, publicado por la Universidad Nacional de Lanús, y coordinó y participó en las ilustraciones de la carpeta en memoria de Miguel Hernández, de Proa ediciones, auspiciada por Embajada de España y Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Dirigió también varias revistas culturales y colaboró en el diario Sur (1990-1991), el suplemento «Zona» de Clarín (2003) y la revista Caras y Caretas (2004-2010). Desde 2010 fue columnista de artes visuales de «Muy bueno el programa», en Radio Nacional. Fue fundador del departamento de Ideas Visuales del Centro Cultural de la Cooperación (1998-2003), y director y curador, junto a Luis Felipe Noé, de su espacio de exhibición. En 2002 se sumó al Movimiento Argentina Resiste (MAR), junto a otros artistas y escritores argentinos. Entre 2003 y 2017 se desempeñó como asesor artístico en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires y coordinador de Artes Visuales en el Centro Cultural Caras y Caretas.
Fue autor y editor de libros dedicados a temas artísticos como Criollos for export: 12 dibujantes en busca de un texto (1990), El Color. Pintura impresionista (1991) y Arte Latinoamericano: Territorio de utopías (1992), esto dos últimos, editados por el Fondo Movilizador de Fondos Cooperativos. Fue autor también de obras de ficción, como La memoria extraviada (1985), que obtuvo una mención de Casa de las Américas, La Habana, Cuba.
En 2017 fue nombrado por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires personalidad destacada de la cultura.
Obras
Hombre masa en el aeropuerto (de la serie «El no lugar»)