Fortuny y Marsal, Mariano
(Reus, España, 1838 – Roma, 1874)
Hijo de humildes artesanos de la madera, manifestó tempranamente ciertas destrezas artísticas. Asistió al taller de Domingo Soberano y en 1852 se trasladó a Barcelona donde logró ingresar el año siguiente a la Escuela de Bellas Artes. La Diputación Provincial de Barcelona le concedió en 1858 una beca para estudiar en Roma. Durante la guerra que España libró en África, la misma Diputación lo comisionó para recoger imágenes del campo de batalla. Fortuny viajó a Marruecos en 1860 y vivamente estimulado por esta experiencia (no sólo la guerra, sino la inmersión en aquella cultura extraña), realizó numerosos apuntes, incorporando nuevos motivos y aplicando una técnica ágil que pone en evidencia el alejamiento progresivo de la rigidez e idealización académicas. Luego de esta estancia regresó a España y, al poco tiempo, nuevamente a Roma. Allí trabajó a partir de las notas y croquis de Marruecos. En 1862 realizó un segundo viaje a África, comisionado nuevamente por la Diputación de Barcelona. Regresó a esta ciudad, donde su fama como artista comenzaba a extenderse y luego, otra vez a Roma. Allí emprendió la ejecución de la Batalla de Tetuán obra que justificaba una nueva pensión de la Diputación por el plazo de dos años (1863-1865).Trabajando ya por su cuenta, desde 1865, realizó pintura de caballete, acuarelas, aguafuertes, dibujos a la pluma, al tiempo que fue definiendo su predilección por las pequeñas escenas de costumbres, atentas a los detalles y de color delicadamente elaborado. En 1866, los viajes que realizó a Madrid y París incidieron decisivamente en su carrera. En esta última conoció a quien sería su marchand y encargado de posicionarlo firmemente en ese mercado: Adolphe Goupil. En adelante, con desplazamientos frecuentes a Madrid, Barcelona, París, y otras ciudades, Roma sería su lugar de residencia más estable. Su corta existencia fue suficiente para situarlo entre los pintores españoles más destacados del siglo XIX.