Roca, Deodoro
(Córdoba, 1890 – 1942)
Miembro de una familia de la elite cordobesa, se formó en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Córdoba, en la que se doctoró en 1915. Lejos de limitarse al ejercicio de la abogacía (que también prácticó), sus inquietudes intelectuales y convicciones políticas lo llevaron desplegarse en múltiples espacios. Líder de la Reforma Universitaria, fue autor del célebre Manifiesto Liminar. Ocupó la cátedra de Filosofía General en la Facultad de Derecho (1919-1921). Su estudio, ubicado en el centro de la ciudad de Córdoba (el «sótano de Deodoro»), recibió a destacados intelectuales, políticos y artistas locales y extranjeros. Por allí pasaron figuras como Stefan Zweig, José Ortega y Gasset, Raúl Haya de la Torre, Eugenio d´Ors, Waldo Frank, José Ingenieros, Alfredo Palacios, Lisandro de la Torre y Rafael Alberti. Participó activamente desde mediados de la década del veinte en numerosas agrupaciones e instituciones antifascistas, apoyando causas democráticas y libertarias en el país y en Latinoamérica. Parte de estas intervenciones, como también de sus reflexiones sobre temas filosóficos, artísticos, universitarios, jurídicos, entre otros, fueron recogidas en publicaciones periódicas, algunas inclusive, fruto de su propia iniciativa, como Flecha (1935-1936) y Las Comunas (1939-1940). Sólo póstumamente fueron reunidas, sin embargo, como libros. Dirigió el Museo Provincial (1916-1919) y junto a Carlos Astrada elaboró el proyecto de becas provinciales para perfeccionamiento de artistas en el extranjero, que fue sancionado en 1922. Pintor autodidacta, unido por lazos familiares a Octavio Pinto, compartió con él la predilección por el paisaje de Ongamira. Ocasionalmente, exhibió sus pinturas en eventos como el Salón Nacional de Bellas Artes.