Quinquela Martín, Benito
(Buenos Aires, 1890 – 1977)
Sus primeros años transcurrieron en la Casa de Niños Expósitos de la ciudad de Buenos Aires. A los seis años fue acogido por la familia Chinchella, residente del barrio de La Boca. Allí concurrió a la escuela dirigida por el dramaturgo José Berrutti. Tempranamente comenzó a trabajar en la carbonería de sus padres y a los 15 años también en el puerto. Estudió dibujo en el Conservatorio Pezzini-Sttiatessi que funcionaba en la Sociedad Unión de la Boca, con el pintor Alfredo Lazzari. Conoció entonces a Fortunato Lacámera y al músico Juan de Dios Filiberto; también al educador y periodista Santiago Stagnaro que orientó sus lecturas. Consiguió trabajo como ordenanza en la oficina de la Aduana, en la Dársena Sur. En 1916 apareció en la revista Fray Mocho el primer artículo que comenta su obra. Por esos años y por intermedio de Guillermo Facio Hebequer conoció a Pío Collivadino, Director de la Academia Nacional de Bellas Artes y a Eduardo Taladrid, su secretario, que tuvo gran influencia en la carrera profesional del artista.
En 1914 participó en el Primer Salón de Recusados. No obstante, continuaba realizando envíos al Salón Nacional de Bellas Artes, donde sus obras fueron aceptadas por primera vez en 1916 y en 1920 fue distinguido con el Tercer Premio por su obra Escenas de trabajo en la Boca.
En 1918 realizó su primera exposición individual en la galería Witcomb; y dos años después comenzaba a exhibir bajo el nombre «Benito Quinquela Martín» (resultado de la castellanización del original Chinchella de sus padres) en la sala de Witcomb, Mar del Plata.
En 1920, Eduardo Taladrid, representante de la Sociedad de Estímulo de Bellas Artes en Río de Janeiro, inició una serie de intercambios artísticos entre los dos países, para lo cual propuso a Quinquela Martín. Asimismo, en la década del ’20 viajó a España gracias a su designación en un cargo diplomático, donde realizó una exposición en la sala del Círculo de Bellas Artes de Madrid. A estas primeras exhibiciones internacionales le siguieron otras en París (1925), Nueva York (1928), La Habana (1928), Roma (1929) y Londres (1930).
Durante los años treinta, Quinquela Martín fundó y presidió “La Peña” que se realizaba en el Hotel Castelar y que fue uno de los centros de reunión de artistas plásticos y escritores. Hacia 1948, con la extinción de aquella, creó la Orden del Tornillo, sociedad de artistas de la que fue Gran Maestre.
En 1933 donó al Estado un terreno destinado a la construcción de la Escuela-Museo Pedro de Mendoza (1936) y al Museo de Bellas Artes de La Boca, que comenzó a funcionar bajo su dirección en 1938. En los pisos superiores de ese edificio instaló su taller y residencia privada. En años sucesivos efectuó otras donaciones de terrenos, donde se erigieron diferentes instituciones: la Escuela de Artes Gráficas «Armada Argentina», un Lactario Municipal (1947), un Jardín de Infantes (1948) y el Instituto Odontológico Infantil (1957). Entre los años 1957 y 1968 construyó el Teatro de la Ribera, que inició sus actividades en 1971.
Su producción aborda el paisaje urbano y se caracteriza por la centralidad temática del trabajo portuario del barrio de La Boca, sus personajes y costumbres. Preocupado por la representación del movimiento, las formas se desestructuran en manchas de colores en contraste y vibración. También realizó obra en grabado (aguafuerte), cerámica y numerosos murales.
Fue nombrado Miembro Honorario de los claustros de la Universidad de Buenos Aires (1972) y homenajeado por el Fondo Nacional de las Artes (1974).