La situación del museo reflejada en la prensa local (1929)

La situación del museo reflejada en la prensa local (1929)

La Voz del Interior dedica en su edición del 15 de marzo de 1929, una extensa nota al museo, en la que analiza el estado de la institución considerando diversos aspectos: colecciones, espacio físico, afluencia de público,  entre otros. A continuación se ofrece una transcripción completa de esta nota.


Museo Provincial de Bellas Artes
En el museo hay una existencia relativamente interesante de pintura contemporánea

El relativo interés artístico de sus colecciones se debe principalmente a que no existe una partida para hacer adquisiciones. La escultura tiene una representación precaria. El proyecto de agrupar en un solo edificio el Museo, la Academia de Bellas Artes y la Escuela de Artes Aplicadas es una necesidad sentida cuya solución influirá beneficiosamente en la marcha de estas instituciones y en la cultura general.
En el Museo Provincial de Bellas Artes hay una existencia relativamente interesante de pintura antigua y contemporánea tanto nacional como extranjera. Están representados junto a los precursores de nuestro arte pictórico, los que continuaron el movimiento y algunos de los que han acrecentado hoy día su indudable prestigio, entre ellos, aparte de nuestra animosa e inteligente muchachada. Alterna también con la pintura clásica y moderna una muestra de Pettoruti que, al decir de los entendidos, es la más ininteligible de su producción. Por este cuadro, dislocado en la forma y atrabiliario [sic] en su matiz, el gobierno de la provincia pagó la bonita suma de dos mil pesos.
Igual suma recibieron más tarde los muchachos organizadores del Salón Libre de Arte. El estímulo oficial no alcanzó para todos.
Analizando con espíritu crítico el Museo Provincial, se nota al pronto que carece de la cualidad que a todos los museos les es característica, la universalidad. Esto es un grave defecto sin duda. Pero no es todo. También nuestro arte pictórico no tiene su más acabada y genuina representación.
La falta de una partida en el presupuesto de la provincia para hacer adquisiciones y la ausencia de una Comisión de Bellas Artes que podría hacerlas con el criterio y la autoridad que cabe suponer en personas entendidas, ha impedido que nuestro Museo enriquezca sus colecciones.
Desde la fundación del Museo con obras enviadas por la Comisión Nacional de Bellas Artes del primer salón celebrado en la Capital Federal en el año 1911, las donaciones particulares y reducidas adquisiciones hechas posteriormente. Incluidos los envíos de los pensionados cordobeses en Europa, no se ha tenido una preocupación permanente de parte de los gobiernos por impulsar el crecimiento del Museo en extensión y calidad artística.
La escultura tiene una representación pobrísima hasta no poder serlo más.
Por otra parte, hay detalles que vale la pena hacer notar porque tienen una solución más fácil e inmediata. Al Museo no lo conoce propiamente el pueblo. Ello es consecuencia sin duda alguna de la inconveniencia que significa abrirlo sólo dos días a la semana y a horas incompetentes para que aquel lo visite.
Todo Museo necesita de un conservador que retoque y refresque los cuadros a fin de conjurar la acción perjudicial del tiempo. El nuestro carece de este elemento indispensable.
Sobre la insuficiencia del local hacemos consideración aparte, dándole a este punto toda la importancia que el mismo tiene.

Acta de fundación del museo
En el Salón se conserva el acta de fundación del Museo, la que dice así: «En la ciudad de Córdoba a cinco días del mes de diciembre de mil novecientos catorce, reunidos en el local del Museo Provincial el Exmo. Señor Gobernador doctor Ramón J. Cárcano, S. E. el Ministro de Gobierno, Justicia, Culto e Instrucción Pública de la Nación doctor Tomás R. Cullen; el señor doctor Cupertino del Campo enviado en representación de la Comisión Nacional del Bellas Artes; encontrándose también presente el señor Ministro Plenipotenciario de Italia señor Comendador Víctor de Cobianchi; el Presidente de la Comisión de Bellas Artes Don Juan Gualberto García y demás personas que suscriben, siendo las cuatro y media p. m. tuvo lugar la solemne inauguración de seis salas conteniendo obras de arte pictórico adquiridas unas por el Gobierno Provincial y otras enviadas a éste Gobierno por el Exmo. Sr. Ministro de Instrucción Pública de la Nación para figurar en este Museo Provincial.»
Esta acta se refiere a la inauguración del Museo en un local provisorio de calle Colón, ocupado ahora por una escuela.

Proyecto primitivo y segundo proyecto del museo
La iniciativa de crear un Museo de Bellas Artes en Córdoba pertenece al ex-gobernador Félix T. Garzón, quien encargó al arquitecto Kronfuss la ejecución de un proyecto para construir un edificio destinado a los tres museos que existen en Córdoba: el de Bellas Artes, Colonial y Museo de Ciencias Naturales. Su emplazamiento fue ubicado en el antiguo Chalet Crisol.
Sin embargo, feneció el gobierno del doctor Garzón y el proyecto no pudo llevarse a cabo por falta de fondos.
El doctor Cárcano en los últimos meses de su primer gobierno ordenó invertir la suma de 70.000 pesos en la ejecución parcial del proyecto, el que fue ligeramente modificado por la Dirección de Arquitectura, construyéndose de este modo la sala central existente.
Este segundo proyecto fijaba la construcción de tres cuerpos de edificio, el actual y dos alas de prolongación. Fue formulado así, pues se pensaba instalar también el Museo Histórico Provincial, pero se desistió más tarde de este primer propósito al adquirir el gobierno a ese objeto la Casa del Virrey Sobremonte.

El ante-proyecto actual
El edificio actualmente ocupado por el museo es insuficiente y reúne las comodidades necesarias a una institución de esta índole. Una sola sala no basta siquiera para dar ubicación a una colección de pinturas que se precie de completa: actualmente está materialmente ocupada, no cabe un cuadro más.
Un museo, por otra parte, debe ser una presentación completa de las distintas artes comprendidas en la pintura y la escultura. Ya hemos dicho que ésta última está pobremente representada en nuestro museo. Agréguese a ello que es total la ausencia de muestras de dibujo, de arquitectura y de las artes aplicadas. No obstante, si las hubiera, no sería lógico que todas esas manifestaciones artísticas estuvieran agrupadas en una sola sala. Tampoco es posible en estas condiciones realizar una exposición.
Por esta causa nuestro museo ofrece a los entendidos serios motivos de crítica, no escapando a estas apreciaciones la despreocupación de los gobiernos que se han sucedido hasta aquí y que no han dado muestras visibles de interesarse por dotar al museo de las comodidades indispensables, completando la obra iniciada y que sería no sólo un motivo de orgullo para Córdoba en el orden artístico y cultural sino también un bello ornamento para la estética de la ciudad.
Respondiendo a estas exigencias imperiosas experimentadas hace tiempo es que la Dirección de Arquitectura en virtud de la solicitud formulada por el director del museo y a la vez director de la Academia de Bellas Artes, señor Emiliano Gómez Clara, ejecutó un nuevo proyecto cuya consideración resulta interesante hacer por la trascendencia e importancia que tiene el desenvolvimiento no sólo del museo sino de la academia y de las actividades artísticas de Córdoba.
Por el nuevo proyecto se cambia el perímetro actual abarcando mayor superficie de terreno, es decir, tomando la forma del segundo proyecto con dos nuevos cuerpos de edificio dedicados a la Academia de Bellas Artes y a la Escuela de Artes Aplicadas. Se agrega además una sala para exposiciones a continuación de la del museo.
Puede apreciarse la importancia de esta construcción por el detalle y el empleo que tendrían las nuevas salas a construirse, el cual es como sigue:
Academia de Bellas Artes; Biblioteca de Arte en general, salas para exposiciones periódicas de alumnos, cuatro aulas de dibujo, cuatro aulas de escultura, aula de conferencias, aula de dibujo arquitectónico, aula de perspectiva, tres aulas para colorido, dos aulas para arte decorativo, dos aulas de clases teóricas, dirección, secretaría, aula de profesores, sala de celadores, toilettes, depósitos, ascensores, etc.
Escuela de Artes Aplicadas (Curso nocturno): aula para curso general de dibujo lineal y geométrico, gran aula para arquitectura, aula para dibujo mecánico, dos aulas para copias de yeso, aulas para modelado, escultura, reproducciones, modelo vivo, composición decorativa, escenografía de procedimientos (aguafuerte, grabados, cerámica), sala de celadores, casa para el mayordomo, toilette, etc.
Este proyecto es ideal en cuanto agrupa en un mismo edificio Museo, la Academia de Bellas Artes y la Escuela de Artes Aplicadas, las que por la índole de sus funciones están íntimamente vinculadas a aquel.
Si es una necesidad evidente, la ampliación del museo no es menos necesario habilitar para la Academia y la Escuela de Artes Aplicadas un edificio adecuado y cómodo donde profesores y alumnos puedan desenvolver sus actividades sin ningún tropiezo.
La Academia y la Escuela están actualmente en un local incómodo e insuficiente, unas cuantas salas del teatro Rivera Indarte, que es además insalubre e inadecuado pues carece de la aireación y de la luz que son menester a la naturaleza de trabajos que allí se ejecutan.
La insuficiencia del local ha influido en perjuicio de la enseñanza, pues ésta ha debido limitarse a cierto número de alumnos. Todos los años se rechazan numerosas solicitudes de ingreso especialmente en los cursos nocturnos que son a los que concurren la clase media y proletaria que trabaja de día y aprovechan las horas libres de la noche para estudiar una profesión.
En el local actual no caben más de ciento cincuenta alumnos como máximo. En el nuevo edificio cabrían hasta quinientos.
La construcción del edificio propio para instalar la Academia y la Escuela traería beneficiosos resultados a la cultura general del pueblo. Cabe destacar este detalle ya que se trata de un asunto de indudable interés público y por el cual deben interesarse los gobiernos.
La Escuela de Artes Aplicadas llena una función utilísima preparando profesionales y artífices aptos para las industrias con sus cursos de arquitectura, dibujo mecánico, pintura decorativa, etc. La creación de los mismos, como era de esperarse, en los pocos años que lleva de existencia han obtenido un éxito insospechado, interesando de verdad a las clases trabajadoras que desean abrirse un nuevo camino en la lucha por la vida, aplicando sus esfuerzos no sin sacrificio pero con entusiasmo y decisión al perfeccionamiento en determinado ramo de las artes aplicadas que constituyen el porvenir del obrero inteligente.
El Estado no ha previsto que con el tiempo sería menester un edificio adecuado al desenvolvimiento de las actividades de esta escuela por la importancia que estaba llamada a adquirir. El caso se ha producido hace un tiempo relativamente largo, planteando un verdadero problema de orden docente.
El P. E. actual consideró justas y razonables las aspiraciones que le hizo llegar el director de la Academia e incluyó en el proyecto de empréstito una partida de 300.000 pesos para la ejecución del proyecto de la Dirección de Arquitectura en la forma que dejamos establecida. Ello no obstante, en la Comisión de Presupuesto de la C. de Diputados se suprimió dicha partida con lo cual, se malogró una bella aspiración que, concretada en la obra requerida, hubiera honrado a Córdoba.
Con todo, es de esperar que el gobierno no abandone propósito tan plausible y procure darle cima tan pronto como el estado de las finanzas de la provincia se lo permitan.

Obras existentes en el Museo
Damos a continuación la nómina de las obras existentes en el Museo, por orden de catálogo:

1- F. Pradilla – «Orilla del mar».
2- M. Fortuny – «Combate con los moros»
3- Ernesto Riccio – «Paisaje».
4- J. Armet – «El bosque».
5- Urgell – «Puesta de sol».
6- Granero – «En la fonda».
7 – Goenesse – «Puerto de Holanda».
8- Giraldes – «Marina».
9- Courbet – «Puesta de sol».
10- A. Ribas Prats – «El peñón». Óleo 1908.
11- Santiago Rusiñol – «Ruinas»
12-Federico Sick – «Autorretrato». Donación de Da. Eloísa López de Pruneda. D. Fed. Sick nació en Speyer (Alemania) médico aficionado a la pintura, vino al Paraguay como médico militar del dictador López en 1875, actuó durante muchos años en Córdoba, donde pintó su autorretrato en 1893. Falleció en Niza en 1907.
13- Ricardo López Cabrera (español, contemporáneo) – «Melancolía»
14- Andrés Piñero (pintor local contemporáneo) – «Rayo de sol»
15- Manuel Cardeñosa (pintor local contemporáneo) – Retrato de su señora
16- José M. Ortiz (pintor local contemporáneo) – «La lechera»
17- Guido Buffo (pintor local contemporáneo) – «Últimas luces en las sierras de Achala»
18- Antonio Marchisio (italiano contemporáneo) – «Rosas y espinas» – Óleo adquirido en el salón anual de 1912.
19- José Bardi (argentino contemporáneo) – «Cabeza» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
20- Emilo Artigue (argentino contemporáneo) – «Vieja criolla» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
21- Santiago Ciamberlani (argentino contemporáneo – «Última hora» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
22- Luis Cordiviola – (argentino contemporáneo) – «Un recodo del camino» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
23- Alfredo A. Carman (argentino contemporáneo) – «Salta» momento histórico. – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
24- Eliseo Coppini (suizo contemporáneo) – «Otoño» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
25- Eugenio Daneri (argentino contemporáneo) – «Rincón del bosque de Palermo» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
26- Pedro Delucchi (argentino contemporáneo) – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.
27- Ernesto T. Estévez (argentino contemporáneo) – «Tarde tranquila» – Óleo adquirido en el salón anual de 1911.

Los que no están, de los nuestros
Ratificando la afirmación que hemos hecho al principio de esta nota sobre la escasa presentación de nuestros pintores calificados, damos a continuación unos nombres que deberían figurar en el Museo pues, constituyen valores indudables, consagrados no sólo entre nosotros sino también en Europa.
Guardamos la esperanza que el gobierno tenga en cuenta sus obras para cuando haga adquisiciones.
Ellos son: Fernando Fader, Benito Quinquela Martín, Gregorio López Naguil, Rodolfo Franco, Alfredo Guido, Italo Botti y algún otro nombre igualmente prestigioso que no recordamos en este momento.


REFERENCIAS