Spilimbergo, Lino Enea

(Buenos Aires, 1896 – Unquillo, Córdoba, 1964)
Hijo de inmigrantes italianos; inició su formación artística en el Curso de Dibujo de Ornamentación, en la Sociedad de Formación Industrial en 1913. A partir de 1915 estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes, de la que egresó como Profesor Nacional de Dibujo dos años después. Fueron sus maestros Pío Collivadino, Ernesto de la Cárcova y Carlos Ripamonte. Desde 1918 practicó la pintura al aire libre en los bosques de Palermo, las orillas del arroyo Maldonado y Mar del Plata.
En 1921 se instaló en Desamparados, San Juan, buscando un clima seco por indicación médica. Allí trabajó fundamentalmente el paisaje y escenas costumbristas hasta 1924, año en el que regresó a Buenos Aires. En ese período realizó sus primeras exposiciones individuales. En reiteradas oportunidades viajó a Bolivia, lo que, sumado a su contacto con el paisaje del noroeste argentino, se tradujo en su obra de esta etapa en cierta retórica indigenista.  Por sus envíos al Salón Nacional de Bellas Artes obtuvo el Primer Premio al Grabado (1922), el Tercer Premio de Pintura (1922) y el Premio Único al Mejor Conjunto (1925); y en el  Salón Libre de Otoño de La Plata, el Segundo Premio (1925). Estos premios le posibilitaron viajar a Europa. Recorrió ciudades de Italia, acercándose al arte renacentista, y luego se instaló en París donde estudió con André Lothe y se interiorizó en ciertos aspectos del cubismo. En adelante, buena parte de su obra acusa rasgos de esta aproximación: adhiere a una simplificación de las formas a partir de la construcción geométrica de los volúmenes, con un estilo despojado y próximo al nuevo clasicismo, llamado «retorno al orden», en que el dibujo juega un papel central.  
Desde Europa continuó enviando sus obras a salones argentinos, consiguiendo en 1927 el Primer Premio de Pintura del Salón Anual de Santa Fe. Al año siguiente regresó a la Argentina y se instaló en Las Lomitas, San Juan. En 1929 obtuvo el Primer Premio de Pintura en el Salón de Rosario. Un año después regresó a Buenos Aires. En 1933 fundó junto a Antonio Sibellino y Luis Falcini el Sindicato de Artistas Plásticos y formó parte, junto a Juan Carlos Castagnino, Enrique Lázaro y Antonio Berni, del equipo que trabajó con David Alfaro Siqueiros en el mural Ejercicio Plástico realizado en el sótano de la quinta de Natalio Botana. El Salón Nacional de Bellas Artes le otorgó este año el Primer Premio de Pintura y el Gran Premio en 1937.
Desarrolló también, desde 1934, una importante labor como docente (en el Instituto Argentino de Artes Gráficas, en la Academia Nacional de Bellas Artes y en el Instituto Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Tucumán). Entre la obra que desarrolla desde su regreso al país, que incluyó figuras, naturalezas muertas y paisajes, se destaca la serie de Terrazas, en la que se evidencia una relación con la escuela metafísica italiana por el tratamiento lumínico y la concepción espacial. En el ámbito del grabado vale mencionar especialmente su serie de monocopias Breve historia de Emma y, en 1937, una serie de grabados para el libro Interlunio de Oliverio Girondo, que le valió la Medalla de Oro de Grabado en el Pabellón Argentino de la Exposición Internacional de París.
De su incursión en la práctica de la pintura mural se cuenta también el fresco en la cúpula de las Galerías Pacífico de Buenos Aires realizado en 1946.
En 1956 fue nombrado Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes. Desde 1960 se radicó en la finca que poseía en Unquillo, Córdoba, en la que ya había pasado algunas temporadas. Fue ésta su última residencia.


Obras

Campesina italiana
La Keka
La mujer herida
Retrato
Retrato





Suárez, Horacio Román
Campesina italiana