Nicasio, Alberto
(Marsella, Francia, 1902 – Córdoba, 1980)
Arribó a la Argentina en la primera década del siglo XX (algunos años más tarde tomó la ciudadanía de este país). Ya radicado en Córdoba, estudió en la Academia Provincial de Bellas Artes, donde tuvo como maestros a Emiliano Gómez Clara, Manuel Cardeñosa y Carlos Camilloni. Hacia 1932 inició sus experiencias con la xilografía, medio que encontró particularme adecuado a sus voluntades expresivas. Ciertos elementos distintivos del paisaje urbano cordobés (la cañada, las barrancas, los puentes, las iglesias coloniales) nutrieron su trabajo durante largo tiempo. En estos grabados es posible observar el proceso de transformación urbana que tuvo lugar entre las décadas ’30 y el ’50 y que en su registro deja traslucir cierta mirada nostálgica o al menos de cierto reparo frente a lo nuevo. El políptico Estampas de Córdoba, que corresponde a este período, recoge en cada una de sus partes (Paisaje de Córdoba, Río Primero, Barrancas, Suburbio) imágenes de los bordes urbanos donde el impacto de estas transformaciones se hizo evidente. Fue justamente con esta producción que Nicasio logró insertarse en el mapa del grabado argentino. Hacia los años ’60 sin embargo, su trabajo tomó un rumbo distinto. Derivó progresivamente hacia una abstracción en la que priorizó el juego libre de los elementos plásticos e incorporó en ocasiones el color. Algunas imágenes de esta época dan cuenta del interés del artista por ciertos ejercicios del automatismo.
Nicasio intervino desde 1933 en salones nacionales y en diversos eventos y exposiciones internacionales (Chile, Brasil, Estados Unidos, Uruguay, España, Suiza, Japón y Bélgica). Participó en la IV y V Bienal de San Pablo (1957, 1959) y en la de México (1959). Obtuvo numerosas distinciones en su disciplina: Premio «Laura Barbará de Díaz» (1939), Premio Adquisición (1941) y Gran Premio de Honor (1956), en el Salón Nacional de Bellas Artes; Invitado de Honor, junto a Víctor Rebuffo en el Salón de Grabado de Rosario (1944); Gran Premio de Honor «Ministerio de Educación», Salón Nacional de Grabado, Dibujo y Miniatura (1951); Premio Universidad Nacional de Córdoba (1951), Primer Premio (1952), Gran Premio de Honor (1963) en el Salón de Artes Plásticas de Córdoba; Premio Prins, otorgado por la Academia Nacional de Bellas Artes (1951); Gran Premio (1957) y Primer Premio, Salón de Mar del Plata (1951); Primer Premio, Salón de Santa Fe (1958); reconocimiento como el valor más representativo de Córdoba en el Certamen Trienal Valores Plásticos del Interior, Buenos Aires, (1970); entre otros.
Realizó también una importante labor como ilustrador, dando imágenes a ediciones del Facundo de Sarmiento (1955); Martín Fierro, de José Hernández (1951); Adonaïs, de P. B. Shelley (1945); Doña Bárbara, de Rómulo Gallegos (1948); Martín Fierro, de J. Hernández (1945); Niobe, de J. M. Furt; El salto de Ascohinga, de Lucio V. López (1952). Algunas de sus series de grabados u otras realizadas por encargo fueron editadas como carpetas: «La Cañada» (1944); «Iglesias de Córdoba» (1959); «Capillas coloniales de Córdoba» (1961), «Monumentos coloniales de Córdoba» (1964).
Su labor docente fue muy extensa y significativa, especialmente en el terreno de la gráfica. Integró en 1942 el primer núcleo docente de la Escuela Normal Superior Dr. Agustín Garzón Agulla. Dirigió allí durante seis años un taller experimental de grabado por el que pasaron artistas como Pedro Pont Vergés, Tito Miravet, José De Monte y Ronaldo De Juan. Su actividad incluyó también la Escuela de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba (1950-1964), de la que llegó a ser director (1952 – 1955). En 1972 fue nombrado Académico Delegado en Córdoba de la Academia Nacional de Bellas Artes.
Obras
Caín y Abel
Estampas de Córdoba (políptico)
Formas contrastadas
Ñusta
Payasos
Ruinas del Pucará (tríptico)
Tarde fría
Vieja calle de Córdoba. Iglesia y antiguo Hospital San Roque