Malanca, José

(Córdoba, 1897 – Angulos, La Rioja, 1967)
Hijo de una familia de inmigrantes italianos, su infancia y adolescencia transcurrieron en las quintas de San Vicente de la ciudad de Córdoba. Habiendo mostrado cierto interés por el dibujo, ingresó hacia 1913 en la Academia Provincial de Bellas Artes, donde tuvo como docentes a Emilio Caraffa, Manuel Cardeñosa, Tarquinio Bignozzi y Emiliano Gómez Clara. Este último ejerció una particular influencia en la orientación del artista. En 1917 realizó su primer envío al Salón Nacional de Bellas Artes y el año siguiente, su primera exposición en el Salón Fasce de Córdoba, junto a sus condiscípulos en la Academia, Héctor Valazza y Antonio Pedone. Bajo una nueva ley de becas de perfeccionamiento artístico del gobierno provincial, estos dos compañeros de estudio y Francisco Vidal resultaron los primeros beneficiados con la posibilidad de un viaje a Europa. Unidos por un estrecho vínculo de amistad con Malanca, los tres artistas decidieron sumarlo a esta experiencia formativa, que se extendió entre 1923 y 1926. Su recorrido incluyó España (Madrid, Segovia, Ávila, Castilla), Italia (Florencia, San Gimignano), Austria, Suiza (Zurich) y Francia (París). Uno de los lugares más estables de residencia fue la región italiana de la Toscana. Desarrolló entonces una pintura enfocada en el paisaje de la campiña y se interesó especialmente por la obra del pintor italiano Giovanni Segantini, referente del divisionismo. Desde allí realizó envíos frecuentes a los salones nacionales, donde comenzó a ser reconocido. A su regreso a Córdoba, expuso sus trabajos en el Salón Fasce; también en galería Van Riel (Buenos Aires) y Salón Witcomb (Rosario). Aplicó a la beca provincial y resultó ganador junto a Ricardo Musso y Edelmiro Lescano Ceballos. Emprendió en 1927 su viaje como becario con un itinerario inédito: América. Inició su recorrido por Bolivia; siguió luego por Perú (dos de los países que le atrajeron especialmente y a los que regresaría años después), Panamá, Cuba, Estados Unidos, México y Chile. Esta experiencia le permitió, además de incorporar nuevas visiones respecto al paisaje, vincularse con instituciones y personalidades de la escena cultural americana, como el peruano José Mariátegui. Durante su viaje realizó una serie de exposiciones: en 1927 expuso paisajes de Bolivia en La Paz; en 1928 «Paisajes de América», en los Salones de la Academia Nacional de Música y Declamación, Lima. En 1929 exhibió también paisajes de Sudamérica en Ferargil Galleries, Nueva York y el mismo año presentó «Pinturas de México, Bolivia y Perú», en el salón del Edificio «Santacilia», México. El año siguiente, en Santiago de Chile, en la sala Rivas y Calvo presentó «Paisajes de América». El diario cordobés La Voz del Interior publicó una serie de escritos y dibujos que Malanca remitió a manera de crónicas, durante sus años de becario. Instalado nuevamente en Córdoba en 1930, contrajo matrimonio con la poetisa peruana Blanca del Prado, a quien había conocido durante su extenso viaje. Exhibió ese mismo año lo producido durante su viaje americano en el Salón Fasce y comenzó a desempeñarse como conservador en el Museo Provincial de Bellas Artes, cargo para el que fue requerido por su amigo Antonio Pedone, recientemente designado en la dirección de ese espacio. En 1932 fue nombrado secretario de la Academia Provincial de Bellas Artes y abandonó su labor en el museo. Construyó por entonces su casa-taller en el barrio de San Vicente. Sostuvo en adelante una agenda regular de exposiciones en Córdoba y en el interior provincial y eventuales presentaciones en otras ciudades argentinas: galería Nordiska, Buenos Aires (1932, 1934); Salón Witcomb, Rosario (1934); sede del diario El Día, La Plata (1934); galería Müller, Buenos Aires (1936, 1939); Salones de la Comisión Provincial de Bellas Artes, Tucumán (1940); Museo Provincial de Bellas Artes de La Plata (1940), Witcomb, Buenos Aires (1943, 1945, 1947, 1948, 1950, 1954, 1956, 1959), entre otras. En 1937 se instaló en las sierras de Córdoba, en la zona de Río Ceballos (La Estancita), para dedicarse completamente a la pintura. El paisaje se mantuvo claramente como el eje central de su obra.
Entre las distinciones obtenidas en salones pueden mencionarse: Tercer Premio por su obra Huertas en la sierra (1922), Premio Estímulo por Mañana de Taxco (1931), Premio Ezequiel Leguina por Serranía (1941), en el Salón Nacional de Bellas Artes; premio (medalla de oro) por La iglesia de Pocho en el IV Salón del Paisaje Argentino, Banco Municipal de Préstamos de Buenos Aires (1942).
En junio de 1967 emprendió un viaje a Catamarca y La Rioja. En esta provincia, en la localidad de Angulos, murió el 31 de julio de ese mismo año.


Obras

Bolivia
Copacabana
La quebrada azul
Lago Titicaca
Las cuatro estaciones: Primavera, Verano, Otoño, Invierno (políptico)
Paisaje
Paisaje
Paisaje
Paisaje
Paisaje
Paisaje (La Estancita)
Paisaje serrano








Relieve
Copacabana